El descanso es uno de los aspectos más importantes de la salud humana. Sin tras despertarnos por la mañana notamos que nuestro cuerpo no está totalmente descansa, nuestro cerebro comenzará poco a poco a tener dificultades a la hora de procesar la información.
Uno de los principales factores para dormir bien es la comodidad de tu colchón. Hay pocos productos que puedan tener un impacto tan directo sobre nuestra salud que el colchón. Por eso es fundamental invertir en el mejor colchón posible y sustituirlo en el momento adecuado. Pero, ¿sabes cuándo debes sustituir tu colchón?
En condiciones normales, los colchones deben sustituirse si se han utilizado entre 7 y 10 años.
Por supuesto, esto no quiere decir que tengas que cambiar tu colchón si se encuentra en ese margen de tiempo. Simplemente, se trata de una media del tiempo que suelen tardar en estropearse.
Existen varios factores que influyen en el momento de sustituir tu colchón.
En general, debería sustituir su colchón si se dan uno o más de los siguientes casos:
Aunque el momento ideal de cambiar tu colchón es cuando ya no te ayuda a descansar como solía hacerlo cuando lo compraste. No hay formas de saber con certeza si ha llegado el momento de cambiar de cama, pero si estás pensando en un nuevo colchón, es probable que merezca la pena hacer la inversión cuanto antes.
Hay una serie de factores que influyen en el tiempo que puede durar tu colchón. Un colchón barato se estropeará mucho más rápido que un colchón de mayor calidad, por ejemplo.
Algunos factores clave que influyen en las pautas de sustitución de los colchones son:
Los materiales utilizados con los que está fabricado tu colchón influyen en gran medida en su durabilidad. Los colchones de muelles suelen tener una vida útil más corta, ya que son propensos a desgastarse más rápido.
Los colchones híbridos también son propensos a estos problemas, aunque se fabrican con materiales de mayor calidad y tienden a ser más duraderos.
Los colchones de látex son los más duraderos, con una duración de más de 8 años
Como cualquier otro producto, un colchón durará más si lo cuidamos bien. Para ello es necesario rotarlo cada 3 meses aproximadamente y usar un protector de colchón impermeable.
Tu peso, así como el de cualquier otra persona con la que compartas tu cama, influye en la velocidad de degradación del colchón.
Las personas más pesadas encontrarán que sus colchones pueden ceder más rápidamente, mientras que las más delgadas tendrán un menor impacto. Del mismo modo, un colchón para una pareja probablemente se desgastará antes que un colchón que vaya a utilizar una sola persona.
Si compartes cama con niños pequeños o animales es muy probable que tengas que sustituir tu colchón mucho antes. Además del peso extra que supone dormir con mascotas o niños, estos son mucho más propensos a dejar manchas o daños en el colchón.
Los colchones nuevos mejoran significativamente la calidad del sueño y reducen tanto el dolor de espalda como el estrés.
Si tiendes a despertarte con dolor o rigidez en la espalda, los hombros, la cadera o el cuello, es probable que sea culpa de tu colchón. Los colchones tienden a hundirse en algunos partes pasados los años, lo que reduce el apoyo y hace menos probable que tu columna vertebral esté correctamente alineada.
Con el paso del tiempo, los colchones tienden a transferir cada vez más movimiento de un lado a otro de la cama. Esto significa que, si tu pareja tiende a cambiar de posición durante la noche, sus movimientos pueden interrumpir tu descanso.
Los colchones pueden ir acumulando ácaros del polvo, moho, bacterias y otros alérgenos a un ritmo alarmante. Si notas que tus alergias o síntomas de asma empeoran, puede que tu colchón tenga parte de culpa.
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