¿Cuándo poner almohada a un bebé?

Etapas de desarrollo del bebé 

La respuesta a cuándo poner una almohada a un bebé varía según su etapa de desarrollo. Al principio, los recién nacidos no necesitan una almohada, ya que pasan la mayor parte del tiempo acostados boca arriba.

La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) recomienda que los bebés duerman en superficies firmes y sin almohadas durante los primeros 12 meses para reducir el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL).

A medida que los bebés crecen y comienzan a desarrollar fuerza en el cuello y los hombros, pueden empezar a voltearse y moverse más durante el sueño. Por lo general, alrededor de los 18 meses, cuando el bebé ha adquirido habilidades motoras más avanzadas, como sentarse y pararse con apoyo, se puede considerar la introducción de una almohada pequeña y plana.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que cada bebé es único y puede alcanzar hitos de desarrollo en momentos diferentes. Observa las señales de desarrollo de tu bebé, como la capacidad de levantar la cabeza y el cuello de manera estable, antes de considerar la introducción de una almohada.

Seguridad del bebé 

La seguridad es primordial cuando se trata de bebés y el uso de almohadas no es una excepción. Es esencial asegurarse de que la introducción de una almohada no comprometa la seguridad del bebé durante el sueño. Al elegir una almohada para tu bebé, asegúrate de que sea de tamaño adecuado y tenga una superficie firme y plana.

Evita las almohadas voluminosas, las que contienen materiales sueltos o las que tienen partes que podrían representar un riesgo de asfixia.

Coloca la almohada debajo del colchón o la sábana ajustada en lugar de ponerla directamente debajo de la cabeza del bebé. Esto ayudará a mantenerla en su lugar y reducirá el riesgo de que el bebé se enrede en ella.

Además, es fundamental seguir las recomendaciones de sueño seguro para bebés. Esto incluye colocar al bebé boca arriba en una superficie firme, sin almohadas adicionales, mantas sueltas o peluches en la cuna. También es importante evitar el sobrecalentamiento y mantener un entorno de sueño libre de humo y seguro.

Comodidad y apoyo

Si bien la seguridad es una consideración clave, también es importante tener en cuenta la comodidad y el apoyo del bebé al decidir cuándo introducir una almohada. Una vez que tu bebé haya alcanzado la etapa en la que se recomienda la introducción de una almohada, una almohada delgada y firme puede proporcionar un poco de comodidad y apoyo adicional.

Puede ayudar a mantener la cabeza del bebé alineada con el cuerpo y brindar un soporte suave.

Al elegir una almohada, busca materiales hipoalergénicos y transpirables que sean seguros para el bebé. Evita las almohadas con rellenos voluminosos que puedan dificultar la respiración o causar incomodidad. Recuerda que los bebés tienen preferencias individuales, por lo que puede llevar tiempo encontrar la almohada adecuada que brinde comodidad y apoyo.

Si notas que tu bebé muestra signos de incomodidad o tiene dificultades para dormir con una almohada, es posible que aún no esté listo y sea mejor esperar un poco más.

Supervisión y monitoreo

Siempre es importante supervisar y monitorear a tu bebé durante el sueño, independientemente de si usa o no una almohada. Mantén la cuna en tu habitación durante los primeros meses para una supervisión más cercana y utiliza un monitor de bebé para vigilar el sueño de tu pequeño.

Revisa regularmente la posición de la cabeza y la posición general del bebé durante el sueño para asegurarte de que esté cómodo y seguro. Si notas alguna señal de incomodidad o molestia, ajusta la posición o retira la almohada si es necesario. Siempre es recomendable hablar con el pediatra de tu bebé para obtener orientación específica sobre cuándo es adecuado introducir una almohada y cualquier otra preocupación relacionada con el sueño.

Poner una almohada a un bebé requiere considerar su etapa de desarrollo, seguridad, comodidad y apoyo.

Si bien los recién nacidos no necesitan almohadas, alrededor de los 18 meses, cuando los bebés han alcanzado ciertos hitos de desarrollo, se puede considerar la introducción de una almohada delgada y plana.

Sin embargo, es crucial asegurarse de que la almohada sea segura, esté colocada adecuadamente y no represente un riesgo de asfixia.

Siempre mantén una supervisión cercana y monitorea el sueño de tu bebé para garantizar su bienestar. Recuerda que cada bebé es diferente, y lo más importante es asegurarte de que tu bebé duerma en un entorno seguro y cómodo, sin importar si usa o no una almohada.

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